Hoy, en “de La Semana, (a las once, en Color Visión), ofrecemos un programa a contracorriente.
El asunto es sencillo: Mientras el momento político nacional marca dura guerra, hostil retórica, y beligerante decir, cuando entre políticos sólo se oye el rugir de unos por salvarse en la derrota y de otros en peligro de morir de éxitos, en “de La Semana” presentaremos a “Políticos en amores”.
Se trata de que -obviando lo que nos manda el momento- presentar a importantes dirigentes políticos, desde Eduardo a Isa Conde, Jaime David a Hatuey, desde Minou a Eligio, o el bienvenido y recién llegado a esos mundos, don José Joaquín Puello, en plan de puro amor, declamación romántica. Al fin, ¿quién, si respira, no ha sido víctima del amor y sus impertinencias?
Todo ocurrió, el pasado 30A, gracias a la comprensión del ministro Lantigua, quien, empeñado en superarse a sí mismo en esta entrega de la Feria del Libro, -lo que logró con creces y algún poema- nos permitió rendir homenaje al poema de amor, pero desde la visión y vivencias de la clase política nacional, y la de los más importantes líderes de la opinión pública, pero ese es otro programa del que hablaremos y presentaremos el próximo sábado 31, porque “el periodismo de opinión también tiene corazón”.
Claro que hubo ausencias muy bien explicadas, como la de Leonel Fernández o la de Miguel Vargas, (a ambos, la dureza de la campaña los salvó del desliz amatorio, por lo que están en primera fila para el próximo año) o los caos del presidente Castaños Guzmán y de Milagros Ortiz, quienes acudieron puntuales a la cita, pero un aguacero descomunal y errores nuestros en el manejo de las puertas de acceso, les impidieron entrar. Perdón. Fue una gran noche, donde Hatuey confesó sus andanzas madrileñas, Minou hizo homenaje a los amores valientes y guerreros, y Eligio Jáquez demostró ser un gran conocedor de la poesía más popular y campesina, y hasta resultó que Fidel Santana es un poema erótico de peligro.
Una buena noche cuyo espíritu trataremos de comunicarles en nuestra entrega de nuestro programa de esta sábado. Al fin, sólo se trataba de recodar y recordarnos que la política fue una vez, y quizás para algunos todavía lo sigue siendo, el supremo acto de servir a los demás, que es la expresión más autentica del verdadero amor. Por cierto, “la medida de mi amor viajero, es no verte y amarte como un ciego.” Pablomckinney.blogspot.com
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