Ha llegado silenciosa la hora de los hornos; y se ha sentado a desayunar tranquila, en Adrian Tropical, la Patria.
Hablo de la hora definitiva de mirarse al espejo, de "quemarse los pies, si se quiere ver el sol", que dice Ana, o sea, Duarte: Llegó la hora. Además de la gran pregunta que tendrá respuesta entre 10 y 12 de esta noche, quedan otras cuestiones por resolver, incógnitas que descifrar, respuestas. Por ejemplo, queda por saber ¿qué será del PRSC después de la desbandada mayoritaria en blanco y sobre todo en morado. ¿Podrán lograr los nietos de Balaguer lo que no han logrado sus hijos, o sea, construir un partido desde el pensamiento conservador y pragmático del doctor? Ito Bisonó and friends, quizás puedan decir algo.
Por saber, queda saber, qué hará el PRD con sus mejores hijos en el anonimato y casi olvido por haber cometido el "peor de los pecados": no ceder a las tentaciones del funesto PPH, tan adueñado él del partido blanco. Qué va a hacer el PRD con sus mejores, más éticas y más socialdemócratas ideas, (tan vencidas ellas), ocultas en el fondo del zulo de poder donde las depositó un grupo autoritario y de tufo trujillista que encarna sin rubor lo peor de la histórica casa partidaria. (Ojalá y se escuchen en ese partido, en silencio, apagados celulares, las prédicas peñagomistas de Ivelisse, (esa misma, la profesora doña Ivelisse Prats de Pérez) que es la muestra fiel de que la juventud, es un estado mental. Doña Ive es una joven princesa de 70 años y mil ideas socialdemócratas al servicio del país.
Por su lado, el PLD también está lleno de preguntas, desafíos, definiciones impostergables. ¿Será transformada esa organización de liberación nacional, en el nuevo y exitoso partido conservador de la derechona dominicana? ¿Después de mañana, seguirá el PLD resguardado por feroces detractores y difamadores profesionales de la obra, la familia y la persona de Juan Bosch durante décadas?
Como ven, después de esta noche, los buenos hijos del PLD y el PRD tienen mucho que meditar, reflexionar, proponer, por sus respectivos partidos, y sobre todo por un país civil que está harto de trapisondas, camiones compactadores con agüita, falta de autoridad, un par, y sobre todo, harto de tanto olvido e irrespeto a los nombres de Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez. Malos juegos de la historia, como lei en una calle de Palermo: "Cuando nos sabíamos todas las respuestas, nos cambiaron las preguntas, amor."
Pablomckinney.blogspot.com
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