miércoles, 27 de agosto de 2008

Perder el horizonte soñando una mirada

"No quiero ser sin que me mires" Pido silencio. P. Neruda.
Ahora sí los entiendo. Hablo de los vecinos de Los Cacicazgos y su batalla contra la construcción unos rascacielos prohibidos por la ley y el sentido común. Pero, me detengo ahí, que no estoy en esta madrugada, por la labor de defensa ciudadana de Minou o Roberto, sino en existencial lamento, porque, -como dicen que dijo una bella mujer de cuyos ojos brujos "no quisiera volver a acordarme"-: "me han robado el horizonte". Desde 2001, he estado sentado sobre este palomar de madrugadas que es mi dacha personal, por ver salir el sol, despedir la noche, y escribir algún bulevar a una pasión bienvenida, a un mal gobierno, una injusticia, y hasta una esperanza reivindicada sin sueño entre sorbos y sorbos de tazas de café, banilejo por supuesto. Desmantelada la posibilidad fraudulenta de la Isla Artificial, esta vez me ha tocado a mí el lamento de la intelectual dulcinea: "me han robado el horizonte." Todo esto viene, porque desde mi apartamento se presentaba frente a mí, cada mañana, el divino espectáculo que es ver el mágico amanecer de un nuevo día, acompañado de todo el verde del Santo Domingo que bordea el río de La Isabela. Era un bello paisaje. Un espectáculo de verde y gris, de azul y sombras. Pero, de repente, en pocas semanas y mucho dinero, una torre residencial ha comenzado a crecer frente a mis ojos despojándome del horizonte de verde que me acompañó durante siete años, cuatro libros, tres amores, miles de bulevares, algunas soledades y varias despedidas. Imagino que los constructores de esa torre tienen los papeles en regla, lo que hace inevitable que vaya muriendo frente a mis ojos mi verde mañanero, el mismo que inspiraba abandonar el sueño para adentrarme en inútil reflexión, en este opinar sin sentido, cuando al fin te das cuenta que una vez más vas a perder el horizonte, como alguna vez, en aquella maldita oficina perdiste su mirada. "No quiero ser sin que me mires/ yo cambio la primavera porque tú me sigas mirando." Pido silencio. P. Neruda.

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