"Ya sé que estoy pianta'o, pianta'o, pianta'o/ no ves que va luna rodando por Callao." Balada para un Loco. Ferrer y Piazzola.
Tendríamos a remontarnos hasta aquel 27F de 1963, cuando el profesor Bosch se juramentó como Presidente en medio de la incomprensión de una burguesía sin concepto de patria, una izquierda cegata e infantil, y aquella iglesia Católica de Dios, de entonces, que por disfrutar las mieles del poder firmaba concordatos con tiranos del diablo y difamaba presidentes dignos y decorosos, padres de la democracia quiero decir y estoy diciendo, hablo de Juan Bosch y su gobierno; hasta esa inolvidable mañana del 27F tendríamos que viajar para hallar en nuestra historia democrática un momento tan dramático y difícil al iniciar una gestión de gobierno como la que mañana se inaugura, con la agravante de la desesperanza que se respira hoy en cada esquina del país. En 1963, en cambio, la patria era un inmenso nido de sueños, una fuerte mujer preñada de futuro, la misma que hoy, anciana y vencida, sólo vive del recuerdo nostálgico de la digna gloria de sus nietos muertos. Ni siquiera las andanzas, abusos y excesos del gobierno del PPH-PRD, que en 2004 entregó a Leonel un país al borde del default, con un millón y medio de nuevos pobres, con la investidura presidencial por los suelos, y la imagen del país más deteriorada que un amor piantao de celos, pueden compararse con la realidad económica, ética y social a la que debe enfrentarse esta nueva administración. El país anda herido de muerte en la mayoría de sus instancias. El panorama internacional no puede sernos más adverso. El dólar, débil frente al euro y fortalecido frente el peso. Las remesas disminuyendo. El petróleo y sus precios perturbando la estabilidad de la macroeconomía, (la gran luz de este gobierno). La delincuencia aumenta por segundos, y el narcotráfico, -no puede ocultarse más-, es ya uno de los poderes fácticos de la vida dominicana. Como colofón de males, nuestra clase política no parece estar a la altura de las circunstancias y sobre todo a la altura de nuestras desgracias, tanto así, que justo cuando el país se nos desparrama de inequidades e ineficiencias, lo que vamos a discutir ahora es la eliminación del "nunca jamás" de la Constitución, lo que significa ampliar los márgenes de la reelección, a pesar de lo vivido en los procesos electorales de 1970, 1974, 1978, 2004 y 2008. Pobrecito país pianta'o, pianta'o, pianta'o, que no aprende ya ni de sus errores. !Que Dios y Tatica le iluminen, Profesor, que le iluminen!
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