lunes, 4 de agosto de 2008

Bienes, autoridad, palos y cuñas

El escándalo de Bienes Nacionales en versión morada, con la continuación de la venta/rapiña/repartición/piñata de terrenos propiedad del Estado, en Santiago, realizada sin licitación, sin ninguna transparencia, es el más reciente affaire de locura administrativa, gerencia alocada, irrespeto a la ley y, -si no me hacen quedar mal, que es lo que espero-, falta de autoridad del gobierno para frenar excesos éticos e "indelicadezas administrativas". Por su parte, en un intento de ejercicio periodístico más o menos objetivo, qué puede decir este bulevar ante estas afrentas después que tanto dijo y escribió cuando el affaire BN en el pasado gobierno. (Hagan memoria, que hubo "un año que vivimos en peligro", y ahora andamos en el peligro de vivir los años.) Una vez más, en BN no se ha hecho lo que manda la ley sino dar "continuidad" a perversiones marrulleras en el manejo de los bienes públicos, pues la venta de esos solares se inició en el pasado gobierno, y el vocero de BN no ha encontrado mejor argumento para su defensa que decir que ellos tan sólo están dando continuidad a decisiones de Estado. Pero resulta que entre los principios fundacionales del PLD, -partido de gobierno hasta prueba en contrario- está el renegar y luchar contra las perversiones político/económico/administrativas del Estado y sus poderes, y no darle a estas una jodida continuidad de asco. ¡Para eso se fundó el PLD, para no dejar rodar la rueda, ni se rizara más el jodido rizo! Esos fueron los sueños de un señor que ahora ni me acuerdo, pero, creo que nació en La Vega, y hasta van a dedicar el año que viene a honrar su memoria, es decir, sus aportes, sabiduría, su autoridad moral, ay, que sus amigos le decían Juanito. BN y sus señores deben recibir esta misma tarde, como a las tres, un "basta ya" presidencial, un STOP del mandatario. Eso. Mande una señal, Profesor, que tal parece que a usted y a su gobierno no sólo el PRD le ha declarado la guerra. La insubordinación también es una batalla, al fin, no hay peor cuña que la del propio palo. pablomckinney.blogspot.com

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