Ojalá y la posible presidencia de Barack Obama sea el inicio de un nuevo proceder de Estados Unidos hacia Latinoamérica, y que su innegable liderazgo sirva de acicate, de feliz compromiso con los valores de la democracia, incluido el respeto a la voluntad y dignidad de los pueblos negros, indígenas y blancos, en fin, patrias mulatas y mestizas de la America de todos.
Hace tiempo es el tiempo de que USA sea más líder y menos patrón, más amigo mayor que oficial de gendarmería o triturador de sueños de patrias ajenas. Y para que vayamos conociendo al negro Obama y sus luces, como padecemos al blanco Bush y sus sombras, les dejo sus palabras:
"Esperanza frente a la dificultad. Esperanza frente a la incertidumbre. ¡La audacia de la esperanza! Ése es el mayor regalo que Dios puede darnos, el cimiento de esta nación. Creer en aquello que no se ve. Creer que nos espera un futuro mejor." Convención Demócrata 2004.
"Seamos estados rojos o azules, sentimos en nuestras entrañas la falta de honestidad, rigor y sentido común del debate político y nos disgusta lo que parece una retahíla continua de alternativas falsas o idénticas. Religiosos o laicos, negros, blancos o latinos, sentimos –y con razón- que no se atiende a los desafíos más importantes de la nación y que si no cambiamos de rumbo pronto, puede que seamos la primera generación en mucho tiempo que deje a sus hijos un país más débil y dividido que el que heredó de sus padres. Quizás más que en ningún otro momento de nuestra historia reciente, necesitamos una nueva forma de hacer política, que sea capaz de basarse y construir sobre lo que nos une como americanos." prólogo de su libro: "La audacia de la esperanza".
A partir de las coincidencias de los planteamientos del Obama con los de algunos de nuestros políticos alternativos, a estos sólo les faltaría pasar de las palabras a los hechos con "audacia y esperanza", llegar de regidor a algún ayuntamiento, algún mayo sentarse en el Congreso, y desde allí dar y ser ejemplo. Lo demás tendrá que aportarlo una generación de hombres y mujeres de bien, en la angustia de saber, que como en USA, está dejando a sus hijos una dominicanidad más perdida, un futuro más incierto y un país más dividido y sin fe, que el que heredó de sus padres, ¡y eso es el infierno! (Aunque talvez nos queda la esperanza, ¡qué se yo!)
Publicado en El Nacional, el jueves 5 de junio 2008.
1 comentario:
Nos hace falta mucha audacia y mucha esperanza! Esperemos que Obama sirva de ejemplo al liderazgo nacional y, que como bien dices Pablo, con audacia y esperanza enfrentemos los grandes problemas nacionales y así poder dejarle a las generciones por venir una RD un poquito mejor, más humana, más humilde, más unida, más nación.
Excelente artículo Pablo.
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