viernes, 6 de junio de 2008

Jochy Santos y Cristhian Jiménez

¡Gratitud eterna, a dos glorias de la locución dominicana!
Corría el año 1972 cuando un niño de siete años, de la mano de su madre, doña Yolanda y procedente de Baní, capital del Sur, llegaba a la casa de su bisabuela, doña Rafaela Gómez Báez, en el barrio de San Carlos.
A los pocos minutos de entrar, saludar a la "abuela Fella" y sentarse al lado de un entonces moderno radio Philips, el niño escuchó, impresionado, a dos hermosas voces, bien moduladas, de inflexiones perfectas y entonación inmejorable. Eran dos veteranos locutores, que desde Radio Tricolor, presentaban con maestría un programa de propaganda política, con música de protesta incluida. El mayor se llamaba José Luis Santos, lo apodaban Jochy, y el otro, dos años menor, era el señor Cristhian Jiménez. Corría el año 1972.
Finalizado el programa, impresionado, el pequeño niño -de apenas siete años- se levantó como el rayo de la mecedora matancera de la abuela y corrió hasta los brazos de su madre para decirle emocionado, con lágrimas en los ojos: "Madre, he escuchado a unos señores locutores hablar muy bien en el radio de abuela. Madre, cuando crezca y sea grande, voy a ser como esos dos señores, será locutor."
Como ustedes de seguro sospechan, el pequeño niño, de tan solo siete años, ¡ay, Jocheta! era yo. Así se enamoró uno de este oficio de la comunicación. A esos dos señores les debe uno el ejemplo y la inspiración.
El tiempo ha querido que después de mucho trajinar, alcanzara uno, por lo menos en la amistad, a estas dos glorias de la locución dominicana, hoy convertidos, uno, en conductor, productor, empresario, humorista y dueño de las tardes de la radio dominicana y la televisión de los sábados, y el otro, un par de años menor, en un conceptuoso y experimentado periodista de opinión política, conductor del influyente matutino HOY MISMO, de Color Visión.
Como ambos están hoy de cumpleaños, -uno llega a los 61 y el otro celebra sus 59-, con esta cariñoso bulevar yo sólo he querido felicitarles, ofreciendo aquí este sincero y fraterno testimonio de gratitud, por lo influyentes que fueron ambos en mi elección de vida como comunicador en aquella tarde lejana de 1972, cuando yo era apenas una inocente criatura de siete años, y ellos eran ya altos ejecutivos de Radio Tricolor, y triunfaban en la radio. Fueron mi ejemplo. Gracias, Maestros. (Pues, sí, Dianita.)

1 comentario:

Cat dijo...

Pricipe de mis ojos, cual es tu afan de que sepan que para 1972 tenias 7 años...

Te Quiere,

Catherine