El funcionario mejor evaluado del primer gobierno de Leonel Fernández fue un intelectual sin fundamentalismos partidarios, con sentido de equipo, vocación de servicio, admirado profesionalmente por el mandatario, con buena reputación y credibilidad en su círculo profesional, ex rector de una de las pocas universidades verdaderas del país, INTEC.
Eduardo Latorre hizo un excelente trabajo al frente de la Cancillería. Por su parte, la eficiencia de Diandino Peña -donde lo mande el Presidente- es reconocida y sobra cualquier comentario "a menos de un Metro".
Vuelto al poder, LF repitió el modelo Latorre-Peña y escogió a un periodista con preferencias pero sin fundamentalismos partidistas, viejo amigo suyo, con buena reputación y credibilidad entre los comunicadores, y ex presidente de un gremio de periodistas.
El pasado viernes, José Rafael Vargas rindió cuentas de su trabajo al frente de INDOTEL. Allí, lo menos importante fue el sorprendente dato de que en el país funcionan siete millones de celulares, haciendo realidad el poema de Jorge Luis Codetel, alias Gerty: "Yo me fui, pero yo no me fui."
La de INDOTEL ha sido una revolución tecnológica y educativa que ha logrado romper en parte la brecha digital, pero sobre todo la brecha de oportunidades, logrando la democratización relativa del acceso al Internet y su enseñanza, que hoy significa tener acceso al mundo y sus conocimientos.
Una vez más, la unión Estado-sector privado solidario, la entrega del poder -los centros tecnológicos- a las comunidades, la tolerancia, el hablar poco y resolver mucho, ha rendido sus frutos. Y si esta revolución digital se está logrando en INDOTEL, significa que la Revolución Social con mayúsculas es posible.
Como un Leonel tecnológico, y como él, con sus buenas formas y su carita de "yonofui", José Rafael Vargas ha obtenido al frente del INDOTEL unos resultados que deben ser transferidos urgentemente a otras áreas donde las acciones del gobierno han sido deficientes.
Piénselo bien, señor Presidente: el modelo Latorre-Peña-Vargas ha funcionado, y además, agosto era ayer… pues sí.
Este es un bar por la palabra, el amor, los versos, o sea, la patria. Por un periodismo irreverente pero responsable... y para ciudadanos.
lunes, 30 de junio de 2008
jueves, 26 de junio de 2008
DNCD, familia y democracia
La actual jefatura de la DNCD ha aumentado la cantidad de droga incautada y el número de narcotraficantes apresados,como nunca antes; ha mejorado la calidad ética de sus agentes, (revisar medidas y número de cancelados), y sin embargo, el liderazgo barrial del narcotráfico es de tal magnitud, que ya en las esquinas y callejones los pobladores (no necesariamente narcotraficantes) reciben a los agentes a pedradas y botellazos.
¿Por qué ocurre esto? Ocurre, entre otras muchas razones, porque en el país dominicano la paz social y la seguridad ciudadana se han ido desvaneciendo junto con la institución de la familia. En nuestro país, por lo menos, una de cada tres familias es muy pobre, y en más de la mitad hay sólo un padre o ninguno. Ya a los muchachos los cría una abuela, la tía, dos vecinas y un televisor. En la escuela, hace años que el Estado renunció a su inalienable derecho a imponer que antes de iniciar las clases los alumnos rindan culto a la bandera cantando el Himno Nacional, o en un junio cantar: "Llegaron llenos de patriotismo…" Pero ¡qué va! La familia tradicional desaparece y nuestros barrios "calientes" son ya academias para el mal.
¿Entonces? Sin familia, educación, Dios, ejemplo de padre, dónde c… espera usted que vaya la juventud en unos barrios donde el líder ya no es el cura, el activista comunitario ni una monja chévere, sino el muchacho cojonudo que se fue "a lo paíse" y regresó cadenudo y victorioso a distribuir su droga, matar por encargo, embarazar adolescentes y a repartir con solidario y delincuente corazón la fortuna de sus múltiples delitos.
Nuestros barrios pobres se llenan de jóvenes versiones de Quirino y Escobar, de héroes salvadores, Robin Hood de colmadones, mesías glorificados por el cristiano acto de suplir con su dinero sucio -pero útil- las necesidades y servicios que el Estado y sus poderes, -a pesar de su crecimiento económico-, no han podido ofrecer a los pobres dominicanos, con todo y 30 años de imperfecta y papelera democracia en calzoncillos. (Los siete meses de Bosch fueron apenas un rayo de luz perdido entre las sombras de un trujillismo camaleónico y reinante, y dos generaciones sin alma ni memoria). ¡Patria o muerte, nos vencimos!
¿Por qué ocurre esto? Ocurre, entre otras muchas razones, porque en el país dominicano la paz social y la seguridad ciudadana se han ido desvaneciendo junto con la institución de la familia. En nuestro país, por lo menos, una de cada tres familias es muy pobre, y en más de la mitad hay sólo un padre o ninguno. Ya a los muchachos los cría una abuela, la tía, dos vecinas y un televisor. En la escuela, hace años que el Estado renunció a su inalienable derecho a imponer que antes de iniciar las clases los alumnos rindan culto a la bandera cantando el Himno Nacional, o en un junio cantar: "Llegaron llenos de patriotismo…" Pero ¡qué va! La familia tradicional desaparece y nuestros barrios "calientes" son ya academias para el mal.
¿Entonces? Sin familia, educación, Dios, ejemplo de padre, dónde c… espera usted que vaya la juventud en unos barrios donde el líder ya no es el cura, el activista comunitario ni una monja chévere, sino el muchacho cojonudo que se fue "a lo paíse" y regresó cadenudo y victorioso a distribuir su droga, matar por encargo, embarazar adolescentes y a repartir con solidario y delincuente corazón la fortuna de sus múltiples delitos.
Nuestros barrios pobres se llenan de jóvenes versiones de Quirino y Escobar, de héroes salvadores, Robin Hood de colmadones, mesías glorificados por el cristiano acto de suplir con su dinero sucio -pero útil- las necesidades y servicios que el Estado y sus poderes, -a pesar de su crecimiento económico-, no han podido ofrecer a los pobres dominicanos, con todo y 30 años de imperfecta y papelera democracia en calzoncillos. (Los siete meses de Bosch fueron apenas un rayo de luz perdido entre las sombras de un trujillismo camaleónico y reinante, y dos generaciones sin alma ni memoria). ¡Patria o muerte, nos vencimos!
miércoles, 25 de junio de 2008
Anarquía y semáforos
Para demostrar amor: una orquidea y su poema. Para mostrar anarquía, nada como un semáforo.
Los semáforos de Santo Domingo son la evidencia más útil para demostrar la falta de autoridad y de conciencia ciudadanía que padecemos los dominicanos.
El semáforo desespera y demuestra.
Cada vez que ando repensando el estado de nuestra democracia, (el viernes tengo una ponencia ante jóvenes sobre crisis y partidos), como no siempre va a estar uno de quejica ante las damas, en vez de llamar a mi dilecta Mu Kien Adriana Sang a la PUCMM, para que con los papeles de alguna Encuesta DEMOS y los informes de sus Iniciativas por la Democracia pase por De LA SEMANA el sábado y me hable del asunto, lo que hago es tomar la avenida Kennedy desde el Kilómetro 9 en el oeste con dirección al Este. Este andar me lleva hasta la esquina con la calle Dr. Defilló, donde, ubicado en el carril de la izquierda, espero que el semáforo pase a verde para girar hacia el sur, como quien va para Intec. ¡Pero qué va!
Durante tres años y seis días, la AMET no ha encontrado forma de que los conductores de Este a Oeste, cuando el semáforo marque rojo se detengan para que los que van hacia el Sur, Intec, puedan cruzar. (Hagan la prueba, que es didáctica y recomendada por psicoanalistas para desarrollar el carácter, fortalecer la personalidad, templar el espíritu, la tolerancia… y una M que no es de miércoles, don Radha.)
El país se cae a pedazos por falta de autoridad, -es cierto-, por la incapacidad del Estado para aplicar sus propias leyes, comenzando por la de Migración y su Reglamento tan necesario y tan dormido en algún despacho, la ley de Educación y su cuatro por ciento y su derecho a categorizar los colegios como se hace con los hoteles; porque no hay manera de que se respete la Ley de compras del Estado, por todo eso y mucho más la anarquía social viene bajando, pero sobre todo, está llegando porque en la Kennedy con Defilló, tres flacos agentes de la AMET son incapaces de hacer respetar un semáforo de "miércoles." pablomckinney.blogspot.com
Los semáforos de Santo Domingo son la evidencia más útil para demostrar la falta de autoridad y de conciencia ciudadanía que padecemos los dominicanos.
El semáforo desespera y demuestra.
Cada vez que ando repensando el estado de nuestra democracia, (el viernes tengo una ponencia ante jóvenes sobre crisis y partidos), como no siempre va a estar uno de quejica ante las damas, en vez de llamar a mi dilecta Mu Kien Adriana Sang a la PUCMM, para que con los papeles de alguna Encuesta DEMOS y los informes de sus Iniciativas por la Democracia pase por De LA SEMANA el sábado y me hable del asunto, lo que hago es tomar la avenida Kennedy desde el Kilómetro 9 en el oeste con dirección al Este. Este andar me lleva hasta la esquina con la calle Dr. Defilló, donde, ubicado en el carril de la izquierda, espero que el semáforo pase a verde para girar hacia el sur, como quien va para Intec. ¡Pero qué va!
Durante tres años y seis días, la AMET no ha encontrado forma de que los conductores de Este a Oeste, cuando el semáforo marque rojo se detengan para que los que van hacia el Sur, Intec, puedan cruzar. (Hagan la prueba, que es didáctica y recomendada por psicoanalistas para desarrollar el carácter, fortalecer la personalidad, templar el espíritu, la tolerancia… y una M que no es de miércoles, don Radha.)
El país se cae a pedazos por falta de autoridad, -es cierto-, por la incapacidad del Estado para aplicar sus propias leyes, comenzando por la de Migración y su Reglamento tan necesario y tan dormido en algún despacho, la ley de Educación y su cuatro por ciento y su derecho a categorizar los colegios como se hace con los hoteles; porque no hay manera de que se respete la Ley de compras del Estado, por todo eso y mucho más la anarquía social viene bajando, pero sobre todo, está llegando porque en la Kennedy con Defilló, tres flacos agentes de la AMET son incapaces de hacer respetar un semáforo de "miércoles." pablomckinney.blogspot.com
martes, 24 de junio de 2008
Jimaní y el futuro de la democracia
Del trujillismo más degenerado y del balaguerismo doceañesco más cruel no ha transcurrido más que 47 años de uno, y 30 años del otro. Un segundo.
Sin embargo, a pesar de lo vivido y padecido, a pesar de lo que cuentan los abuelos y hasta los documentales de Fortunato sobre el perínclito de San Cristóbal y el oráculo del mal, de Navarrete, los dominicanos vamos por la vía como si aquello nunca hubiese ocurrido, haciendo todo lo posible porque desaparezca la democracia, esa democracia cuya aceptación casi universal como la mejor forma de gobierno posible es el hecho histórico más transcendental de todo el siglo XX.
Como una mujer bella, inteligente y pretendida, ay, los dominicanos seguimos llegando tarde a nuestras citas con la historia.
Incapaces de elegir un camino, sólo reaccionamos ante lo imprevisto, la tragedia, que es cuando nos brota entonces ese sentimentalismo latino, esa sensiblería andaluza, y queremos cambiarlo todo entre lágrimas, maratones de TV y lloriqueos. La tragedia de Jimaní, en mayo de 2005, nos recordó que el Sur también existe, pero después de tres años, un llantito, 20 casas y 100 camiones de alimentos, vuelva usted al sur, y se preguntará para qué c... le sirve a esa gente este poema desafinado de la democracia.
Llegan las crisis, las estadísticas nos denuncian, competimos con Haití y Bolivia en fallidos y faltosos, pero seguimos siendo incapaces de definir nuestras prioridades y ACTUAR, eso, ACTUAR en consecuencia.
La falta de autoridad nos gobierna en los semáforos, la delincuencia es tan aceptada socialmente que aquí la gente ya no roba sino que "se la busca", los partidos celebran sus corruptos, los gobiernos sus "amigos", y los actos de impunidad se conmemoran en los diarios cualquier día.
Por todo eso, cada vez son más los dominicanos que, -aunque votan- no moverían un dedo por defender una democracia papelera devenida en partidocracia sin participación popular -muerto Peña-, y sin sueños de patria ni vocación de servicio, difunto ya un viejo sabio de Río Verde "de cuyo nombre ahora no me puedo acordar/ Así que de momento nada de adiós muchachos/ me duermo en los entierros de mi generación/ cada noche me invento, todavía me emborracho/ tan joven y tan viejo like a Rolling Stone".
Pablomckinney.blogspot.com
Sin embargo, a pesar de lo vivido y padecido, a pesar de lo que cuentan los abuelos y hasta los documentales de Fortunato sobre el perínclito de San Cristóbal y el oráculo del mal, de Navarrete, los dominicanos vamos por la vía como si aquello nunca hubiese ocurrido, haciendo todo lo posible porque desaparezca la democracia, esa democracia cuya aceptación casi universal como la mejor forma de gobierno posible es el hecho histórico más transcendental de todo el siglo XX.
Como una mujer bella, inteligente y pretendida, ay, los dominicanos seguimos llegando tarde a nuestras citas con la historia.
Incapaces de elegir un camino, sólo reaccionamos ante lo imprevisto, la tragedia, que es cuando nos brota entonces ese sentimentalismo latino, esa sensiblería andaluza, y queremos cambiarlo todo entre lágrimas, maratones de TV y lloriqueos. La tragedia de Jimaní, en mayo de 2005, nos recordó que el Sur también existe, pero después de tres años, un llantito, 20 casas y 100 camiones de alimentos, vuelva usted al sur, y se preguntará para qué c... le sirve a esa gente este poema desafinado de la democracia.
Llegan las crisis, las estadísticas nos denuncian, competimos con Haití y Bolivia en fallidos y faltosos, pero seguimos siendo incapaces de definir nuestras prioridades y ACTUAR, eso, ACTUAR en consecuencia.
La falta de autoridad nos gobierna en los semáforos, la delincuencia es tan aceptada socialmente que aquí la gente ya no roba sino que "se la busca", los partidos celebran sus corruptos, los gobiernos sus "amigos", y los actos de impunidad se conmemoran en los diarios cualquier día.
Por todo eso, cada vez son más los dominicanos que, -aunque votan- no moverían un dedo por defender una democracia papelera devenida en partidocracia sin participación popular -muerto Peña-, y sin sueños de patria ni vocación de servicio, difunto ya un viejo sabio de Río Verde "de cuyo nombre ahora no me puedo acordar/ Así que de momento nada de adiós muchachos/ me duermo en los entierros de mi generación/ cada noche me invento, todavía me emborracho/ tan joven y tan viejo like a Rolling Stone".
Pablomckinney.blogspot.com
lunes, 23 de junio de 2008
"Elegía personal del huérfano"
El sábado, a las once, el Dr. Vincho Castillo estuvo "de La Semana".
Es cierto que Vincho tiene su propio programa de TV, y que es un habitué de los lunes de HOY MISMO, pero su participación en DLS, como Olga en los ochenta, fue "otra cosa". Ahí hubo otros sentimientos, una pasión confesada, un dolor sin fondo, herida sin cicatriz, explicaciones nunca antes ofrecidas sobre el ser, la psiquis y por supuesto, la política.
Aquella, fue una entrevista confesional y humana de un invitado entre las cuerdas de su recuerdo, un entrevistador entre Marx y Freud y un tiempo que se nos quedó corto, muy corto.
Todo comenzó, cuando, por saldar la deuda por su ausencia en: "Políticos en amores", la actividad que organizamos para la pasada FIL, Vincho nos leyó su "Elegía personal del huérfano", escrita en 1976 en el 45 aniversario de la muerte de su padre en París, y a quien nunca conoció: "En verdad, padre, no conozco la alegría ni el rostro de la suerte/ año que tengo de vida, año que cumple tu muerte".
Ese poema fue el pie de amigo para toda la entrevista. En esa muerte del padre, tan presente, en esa ausencia tan sentida, nos apoyamos para encontrar explicación a sus políticos fervores, el por qué psicológico de su devoción por Balaguer, a pesar de los pesares, y más recientemente la admiración casi paternal de Leonel Fernández por él.
Cómo explicar que un hijo político del Bosch, es decir, la izquierda democrática, ya presidente y sin que nadie le conminara a ello, se declare reiteradamente "vinchista". O acaso, ¿es Vincho para Leonel, lo que para él fue Balaguer? Para desentrañar esa madeja psicológica y política nos sobraba instinto y curiosidad pero nos faltó tiempo… y un entrevistado. .
Hablamos de otras cosas: su partido con más propuestas que votos, la figura jurídica del referéndum, su relación con la cúspide política del PLD, pero nada fue igual en esa entrevista después de haber visto a un Vincho leer lloroso, humano y conmovido su poema al padre perdido: "Tengo que imaginarte, reconstruirte, fundar una memoria solo para ti (…) asirme al hilo de versiones de quienes te tuvieron/ y hacer penumbra/ al candil de evocaciones/ de los que te lloraron."
Es cierto que Vincho tiene su propio programa de TV, y que es un habitué de los lunes de HOY MISMO, pero su participación en DLS, como Olga en los ochenta, fue "otra cosa". Ahí hubo otros sentimientos, una pasión confesada, un dolor sin fondo, herida sin cicatriz, explicaciones nunca antes ofrecidas sobre el ser, la psiquis y por supuesto, la política.
Aquella, fue una entrevista confesional y humana de un invitado entre las cuerdas de su recuerdo, un entrevistador entre Marx y Freud y un tiempo que se nos quedó corto, muy corto.
Todo comenzó, cuando, por saldar la deuda por su ausencia en: "Políticos en amores", la actividad que organizamos para la pasada FIL, Vincho nos leyó su "Elegía personal del huérfano", escrita en 1976 en el 45 aniversario de la muerte de su padre en París, y a quien nunca conoció: "En verdad, padre, no conozco la alegría ni el rostro de la suerte/ año que tengo de vida, año que cumple tu muerte".
Ese poema fue el pie de amigo para toda la entrevista. En esa muerte del padre, tan presente, en esa ausencia tan sentida, nos apoyamos para encontrar explicación a sus políticos fervores, el por qué psicológico de su devoción por Balaguer, a pesar de los pesares, y más recientemente la admiración casi paternal de Leonel Fernández por él.
Cómo explicar que un hijo político del Bosch, es decir, la izquierda democrática, ya presidente y sin que nadie le conminara a ello, se declare reiteradamente "vinchista". O acaso, ¿es Vincho para Leonel, lo que para él fue Balaguer? Para desentrañar esa madeja psicológica y política nos sobraba instinto y curiosidad pero nos faltó tiempo… y un entrevistado. .
Hablamos de otras cosas: su partido con más propuestas que votos, la figura jurídica del referéndum, su relación con la cúspide política del PLD, pero nada fue igual en esa entrevista después de haber visto a un Vincho leer lloroso, humano y conmovido su poema al padre perdido: "Tengo que imaginarte, reconstruirte, fundar una memoria solo para ti (…) asirme al hilo de versiones de quienes te tuvieron/ y hacer penumbra/ al candil de evocaciones/ de los que te lloraron."
“Siempre nos quedará París”
Tal que ayer, sugería al Presidente Leonel que haciendo uso de su liderazgo nacional relanzara ética y "gerencialmente" su gobierno, imponiendo su visión, estilo y sus buenas formas a la marcha del Ejecutivo.
Justo ahora, que el país parece tocar fondo en sus múltiples crisis e inequidades, y nos faltan ciudadanos y nos sobran votantes; cuando nuestros gobiernos y partidos son tan clientelistas como gran parte de nuestro sector productivo es ineficiente y parasitario del Estado; cuando el reciente Informe de Desarrollo Humano ha venido a demostrar que los pobres nacionales siguen sin más poder que el la Magdalena, es decir, el amor, empobrecidos y hasta huérfanos de una izquierda que vive de la nostalgia sin pista de aterrizaje. Justo ahora, es el momento de los hornos. Para valorar la salud, nada tan útil como enfermarse… y estamos enfermos.
La receta política y económica para enfrentar la que se nos echa encima está en los manuales e informes de organismos internacionales, pero sobre todo está en el programa de gobierno, en los libros de Bosch, se esconde paciente en la Constitución boschista de 1963. El mismo equipo económico que le ayudó a superar la crisis de 2003-2004 está ahí. Estamos tocando fondo. El futuro era ayer.
Sólo se trata de aplicar una agenda nacional que priorice eficiencia y humildad desde la honestidad y sobre todo desde la transparencia. Y algo más, que usted sabe muy bien: una prensa incisiva y crítica es el mejor aliado de un gobierno con verdadera vocación democrática. (Su personal éxito político, -entre otros méritos que ayer cité aquí- tiene mucho que ver con esos años en que LF era la figura tolerante y conciliadora, paciente y humilde, de un partido donde más de uno practicaba “el sentido absoluto de la verdad”, espejo roto por encontrar, profesor, si no lo va a saber usted. )
Envíe la señal, señor Presidente, y el que se mueva despistado y arrogante que no salga en la foto. Siempre hay alguna embajada, algo en Washington. Al fin, como a los amantes, ay, a un mandatario "siempre le quedará París", Buenos Aires de Borges, la Babel de New York, o mejor, "pongamos que hablo de Madrid", con Sabina, off course.
Justo ahora, que el país parece tocar fondo en sus múltiples crisis e inequidades, y nos faltan ciudadanos y nos sobran votantes; cuando nuestros gobiernos y partidos son tan clientelistas como gran parte de nuestro sector productivo es ineficiente y parasitario del Estado; cuando el reciente Informe de Desarrollo Humano ha venido a demostrar que los pobres nacionales siguen sin más poder que el la Magdalena, es decir, el amor, empobrecidos y hasta huérfanos de una izquierda que vive de la nostalgia sin pista de aterrizaje. Justo ahora, es el momento de los hornos. Para valorar la salud, nada tan útil como enfermarse… y estamos enfermos.
La receta política y económica para enfrentar la que se nos echa encima está en los manuales e informes de organismos internacionales, pero sobre todo está en el programa de gobierno, en los libros de Bosch, se esconde paciente en la Constitución boschista de 1963. El mismo equipo económico que le ayudó a superar la crisis de 2003-2004 está ahí. Estamos tocando fondo. El futuro era ayer.
Sólo se trata de aplicar una agenda nacional que priorice eficiencia y humildad desde la honestidad y sobre todo desde la transparencia. Y algo más, que usted sabe muy bien: una prensa incisiva y crítica es el mejor aliado de un gobierno con verdadera vocación democrática. (Su personal éxito político, -entre otros méritos que ayer cité aquí- tiene mucho que ver con esos años en que LF era la figura tolerante y conciliadora, paciente y humilde, de un partido donde más de uno practicaba “el sentido absoluto de la verdad”, espejo roto por encontrar, profesor, si no lo va a saber usted. )
Envíe la señal, señor Presidente, y el que se mueva despistado y arrogante que no salga en la foto. Siempre hay alguna embajada, algo en Washington. Al fin, como a los amantes, ay, a un mandatario "siempre le quedará París", Buenos Aires de Borges, la Babel de New York, o mejor, "pongamos que hablo de Madrid", con Sabina, off course.
jueves, 19 de junio de 2008
Leonel y la Revolución Social
Con dedicación y entrega, buen instinto y sacrificios, Leonel Fernández ha alcanzado un liderazgo nacional que, como todo liderazgo, genera grandes pasiones a dos bandos.
Ya hay por ahí, quienes ven en LF a un ser superior e inmaculado, a un bajado de los altares de la ciencia política mundial, predestinado a dirigir los destinos nacionales hasta que se canse. Pero, al mismo tiempo, para otros, LF es la suma de todas las perversiones y traiciones, permisividades y ambiciones política posibles.
Ambas posiciones, por extremistas y desaforadas, son evidencias del liderazgo de este político a tiempo completo, a quien el azar, las buenas formas, la paciencia, Juan Bosch y los libros le dieron una oportunidad en 1994, y Danilo M. y Temo Montás no permitieron que la dejara escapar.
Fue así, como a los 41 años, sin más experiencia que llevar los asuntos internacionales de un partido de 12 mil miembros, LF asumió la jefatura del Estado y dirigió uno de los dos gobiernos mejor evaluados por la ciudadanía en todas las encuestas.
De regreso a la oposición en 2000, LF no hizo más que estudiar, relacionarse y formarse para crecer políticamente. Ya en los setenta había devorado y hecho suyas las páginas de El Político, de Azorín.
Al frente del país por tercera ocasión a partir de agosto, imposibilitado constitucionalmente para volver a ser candidato, -la eliminación del "nunca más" está por verse- LF debe saber (y sabe) que sus decisiones, su gobierno de los próximos cuatro años serán su carta de presentación ante la historia nacional y la opinión pública internacional, algo fundamental para el futuro de un político en estado puro, que antes de los sesenta habrá sido Presidente en tres ocasiones.
Por todo lo antes dicho, ojalá y apueste LF a la inmortalidad política que supondría utilizar su investidura e innegable liderazgo nacional para llevar a cabo la revolución social que resume la constitución boschista de 1963, y de paso relanzar ética y "gerencialmente" su gobierno, imponiendo -a quien corresponda y haga falta- sus buenas formas y su humildad, su dedicación al trabajo y su talante democrático.
Ya hay por ahí, quienes ven en LF a un ser superior e inmaculado, a un bajado de los altares de la ciencia política mundial, predestinado a dirigir los destinos nacionales hasta que se canse. Pero, al mismo tiempo, para otros, LF es la suma de todas las perversiones y traiciones, permisividades y ambiciones política posibles.
Ambas posiciones, por extremistas y desaforadas, son evidencias del liderazgo de este político a tiempo completo, a quien el azar, las buenas formas, la paciencia, Juan Bosch y los libros le dieron una oportunidad en 1994, y Danilo M. y Temo Montás no permitieron que la dejara escapar.
Fue así, como a los 41 años, sin más experiencia que llevar los asuntos internacionales de un partido de 12 mil miembros, LF asumió la jefatura del Estado y dirigió uno de los dos gobiernos mejor evaluados por la ciudadanía en todas las encuestas.
De regreso a la oposición en 2000, LF no hizo más que estudiar, relacionarse y formarse para crecer políticamente. Ya en los setenta había devorado y hecho suyas las páginas de El Político, de Azorín.
Al frente del país por tercera ocasión a partir de agosto, imposibilitado constitucionalmente para volver a ser candidato, -la eliminación del "nunca más" está por verse- LF debe saber (y sabe) que sus decisiones, su gobierno de los próximos cuatro años serán su carta de presentación ante la historia nacional y la opinión pública internacional, algo fundamental para el futuro de un político en estado puro, que antes de los sesenta habrá sido Presidente en tres ocasiones.
Por todo lo antes dicho, ojalá y apueste LF a la inmortalidad política que supondría utilizar su investidura e innegable liderazgo nacional para llevar a cabo la revolución social que resume la constitución boschista de 1963, y de paso relanzar ética y "gerencialmente" su gobierno, imponiendo -a quien corresponda y haga falta- sus buenas formas y su humildad, su dedicación al trabajo y su talante democrático.
martes, 17 de junio de 2008
País desnudo
Cito con mucha frecuencia aquí, las expresiones de sabiduría popular que son nuestros refranes. Por ejemplo: "Aquel que tiene de tó, con un tesoro se topa, pero a aquel que está desnú, tó le viene, menos ropa".
La sentencia es válida para asuntos personales, pues todos hemos tenido nuestros tiempos de "olla y frenado en el aro", en los que perdías una novia el martes, el trabajo el miércoles, y te internaban el jueves de una angina de pecho y pena, vencido.
Las sociedades humanas no son diferentes. La nuestra por ejemplo: De repente, al país se le ve desnudo y atrapado entre indecisiones gubernamentales, ineficiencias y especulaciones empresariales, y mucha irresponsabilidad ciudadana.
Luego de una periodo de recuperación económica milagrosa de lo que fueron los efectos del paso del huracán PPH por el Estado, y unas quiebras bancarias que culminaron treinta años de impunidad en ese sector, los dominicanos hemos comenzado a cosechar en los últimos meses los frutos de nuestra incompetencia e irresponsabilidad en más de un aspecto, más de un sector y en más de un tiempo. No seremos un país fallido, pero, joder, don Radha, ¡como fallamos y nos fallan impunemente!
Leo que al ministerio de turismo le ha sorprendido la advertencia de EE. UU. a sus turistas sobre los riesgos de viajar al país por la inseguridad, el aumento de la delincuencia y los sobornos policiales. A uno, en cambio, lo que le sorprende es que la advertencia haya llegado tan tarde, y no acaben de llegar las de la Unión Europea y Canadá. El asunto de la inseguridad es de tal magnitud que, salvo las autoridades competentes, "y sobre todo las incompetentes", la inmensa mayoría de los dominicanos teme más a una "patrulla policial" que a un grupo de "tígueres" asaltantes en pasola. Increíblemente, en un drama kafkiano no resuelto, aquí la Policía Nacional no es sinónimo de seguridad sino todo lo contrario.
El país está desnudo. Los ejemplos sobran, como sobran las indecisiones, la ineficiencia, las especulaciones, la arrogancia y sobre todo la irresponsabilidad. De ellas seguiremos hablando en este bulevar, si Dios quiere.
La sentencia es válida para asuntos personales, pues todos hemos tenido nuestros tiempos de "olla y frenado en el aro", en los que perdías una novia el martes, el trabajo el miércoles, y te internaban el jueves de una angina de pecho y pena, vencido.
Las sociedades humanas no son diferentes. La nuestra por ejemplo: De repente, al país se le ve desnudo y atrapado entre indecisiones gubernamentales, ineficiencias y especulaciones empresariales, y mucha irresponsabilidad ciudadana.
Luego de una periodo de recuperación económica milagrosa de lo que fueron los efectos del paso del huracán PPH por el Estado, y unas quiebras bancarias que culminaron treinta años de impunidad en ese sector, los dominicanos hemos comenzado a cosechar en los últimos meses los frutos de nuestra incompetencia e irresponsabilidad en más de un aspecto, más de un sector y en más de un tiempo. No seremos un país fallido, pero, joder, don Radha, ¡como fallamos y nos fallan impunemente!
Leo que al ministerio de turismo le ha sorprendido la advertencia de EE. UU. a sus turistas sobre los riesgos de viajar al país por la inseguridad, el aumento de la delincuencia y los sobornos policiales. A uno, en cambio, lo que le sorprende es que la advertencia haya llegado tan tarde, y no acaben de llegar las de la Unión Europea y Canadá. El asunto de la inseguridad es de tal magnitud que, salvo las autoridades competentes, "y sobre todo las incompetentes", la inmensa mayoría de los dominicanos teme más a una "patrulla policial" que a un grupo de "tígueres" asaltantes en pasola. Increíblemente, en un drama kafkiano no resuelto, aquí la Policía Nacional no es sinónimo de seguridad sino todo lo contrario.
El país está desnudo. Los ejemplos sobran, como sobran las indecisiones, la ineficiencia, las especulaciones, la arrogancia y sobre todo la irresponsabilidad. De ellas seguiremos hablando en este bulevar, si Dios quiere.
lunes, 16 de junio de 2008
La democratización de la delincuencia
Puede parecer cínismo, y del peor, pero a veces no entiendo por qué los ciudadanos nos quejamos tatno y hasta nos sorprendemos de ver que ya a cualquier hora y lugar, los señores delincuentes asaltan, secuestran, y hasta matan a cualquiera.
Digo esto, a partir del hecho cierto y verificable de que hoy nuestra sociedad no es sino una gran incitación al mal, como una gran escuela para la delincuencia, una especie de UASD de lo mal hecho.
Lo que padecemos hoy, no es sino la democratización de la delincuencia. Y es que con la democracia llegó la libertad de prensa, el periodismo de investigación en prensa y televisión, haciendo públicos los grandes actos de corrupción en el Estado, unos actos que en las dictaduras o blandas no eran de conocimiento popular, y mostrándonos, de paso, cómo van quedando impunes esos actos, entre gobiernos.
Ante esa realidad: Por qué debe seguir Juancito Pérez Vidal, alias Tito, ya sin dios, partido ni control social, padeciendo penurias junto a los suyos, con una honradez anacrónica y desfasada, en una sociedad que cada día le enseña que sólo un pecado existe: ¡Ser pobre!
La delincuencia y el liderazgo barrial de los delincuentes seguirán aumentando. Esa es la señal que se envía: En el caso de los fraudes bancarios, no hay un solo funcionario de entonces sometido a la justicia. Ya es moda que el ministerio público se “desinterese” de los expedientes de casos de corrupción que involucren a relacionados del poder político. Hoy se inicia en NY el juicio a Quirino Paulino, y entre 23 imputados no hay un solo funcionario gubernamental de entonces, un apellido sonoro, un empresario empacador, una novia rubia ¿y?
Así como para los jóvenes, el futuro es una vaina que nos inventamos los viejos para joderles el bonche, para los pobres de esta tierra, la señora justicia y don ministerio público, no son más que dos porteros morenos que sólo sirven para impedirles la entrada a esa gran fiesta nacional que ya no es el Día de nuestra independencia, sino la noche en gris de la Santa corrupción y sus placeres. La democratización de la delincuencia está aquí para quedarse. pablomckinney.blogspot.com
Digo esto, a partir del hecho cierto y verificable de que hoy nuestra sociedad no es sino una gran incitación al mal, como una gran escuela para la delincuencia, una especie de UASD de lo mal hecho.
Lo que padecemos hoy, no es sino la democratización de la delincuencia. Y es que con la democracia llegó la libertad de prensa, el periodismo de investigación en prensa y televisión, haciendo públicos los grandes actos de corrupción en el Estado, unos actos que en las dictaduras o blandas no eran de conocimiento popular, y mostrándonos, de paso, cómo van quedando impunes esos actos, entre gobiernos.
Ante esa realidad: Por qué debe seguir Juancito Pérez Vidal, alias Tito, ya sin dios, partido ni control social, padeciendo penurias junto a los suyos, con una honradez anacrónica y desfasada, en una sociedad que cada día le enseña que sólo un pecado existe: ¡Ser pobre!
La delincuencia y el liderazgo barrial de los delincuentes seguirán aumentando. Esa es la señal que se envía: En el caso de los fraudes bancarios, no hay un solo funcionario de entonces sometido a la justicia. Ya es moda que el ministerio público se “desinterese” de los expedientes de casos de corrupción que involucren a relacionados del poder político. Hoy se inicia en NY el juicio a Quirino Paulino, y entre 23 imputados no hay un solo funcionario gubernamental de entonces, un apellido sonoro, un empresario empacador, una novia rubia ¿y?
Así como para los jóvenes, el futuro es una vaina que nos inventamos los viejos para joderles el bonche, para los pobres de esta tierra, la señora justicia y don ministerio público, no son más que dos porteros morenos que sólo sirven para impedirles la entrada a esa gran fiesta nacional que ya no es el Día de nuestra independencia, sino la noche en gris de la Santa corrupción y sus placeres. La democratización de la delincuencia está aquí para quedarse. pablomckinney.blogspot.com
sábado, 14 de junio de 2008
¡Cuánta paz debe inspirar el deber cumplido!
Anoche estuve en el acto de homenaje a los héroes de las expediciones de Constanza, Maimón y Estero Hondo del 14 de Junio de 1959, y de Luperón del 19 de junio de 1949, celebrado en el salón Las Cariátides del Palacio Nacional.
Desde aquella recepción de agosto 1996, no veía uno tan inocente y patriótico, tan dominicano y glorioso, tan digno y decoroso el Palacio Nacional. (Oficiales de la seguridad de Palacio me aseguraron que, asustado, el fantasma de Trujillo anoche no salió de los sótanos del lado izquierdo por más que alguno insistió en saludarlo.)
La generación de héroes que anoche estuvo dignificando con el honor de su presencia, con su duendes o sus dignas ausencias el Palacio Nacional, tiñó de patria cada pared y cada espejo, cada lámpara llorona del salón de Las Cariátides; juro que me hubiera gustado preguntarle –a solas, con discreción- a tanto héroe presente, tanto coraje en retiro, tanto deber cumplido, qué piensan de lo que las generaciones posteriores hemos hecho con la patria que ellos nos inventaron y legaron entre tiros, muertos, sangre, cárcel, oprobios, lágrimas, flores de junio, ay, mariposas de abril y algún noviembre.
Recordé, entonces, que el próximo gobierno que es este, y su partido y lo que queda o pueda quedarle de aquellos sueños primeros, tienen el deber histórico de llevar a la realidad, -con la loable terquedad y voluntad política y sacrificio económico con que, por ejemplo, se construyó el ahora alabado Metro- la Revolución Democrática por la que un viejo sabio de Río Verde, (de niño le decían Juanito) fundó un partido hace ahora casi 38 años.
Como hoy es 14 de Junio y el país no aguanta una sola desesperanza más, lo dejó escrito aquí, cuando parece que va a saludarme un sol miedoso, horas después de haber visto emocionado a tanto héroe anónimo reconocido, y no poder dejar de pensar desde entonces, -como miembro de una generación desmemoriada que confundió culpables y no era tan inocente-, la reflexión que ha inspirado este bulevar y sus nostalgias: ¡Cuánta paz debe inspirar el deber cumplido!
Cuenta y canta Cortez: "A mí los 18 me pasaron de largo/ estrenando opiniones, intenciones y cantos/ (…) tú te hiciste a la niebla en el mar del espanto/ fue la muerte bandera y la vida un milagro/ Lo mío fue distinto, Daniel, lo mío no fue nada/ yo no tengo esa sombra que vaga en tu mirada." Daniel son ellos, nosotros somos nada.
Desde aquella recepción de agosto 1996, no veía uno tan inocente y patriótico, tan dominicano y glorioso, tan digno y decoroso el Palacio Nacional. (Oficiales de la seguridad de Palacio me aseguraron que, asustado, el fantasma de Trujillo anoche no salió de los sótanos del lado izquierdo por más que alguno insistió en saludarlo.)
La generación de héroes que anoche estuvo dignificando con el honor de su presencia, con su duendes o sus dignas ausencias el Palacio Nacional, tiñó de patria cada pared y cada espejo, cada lámpara llorona del salón de Las Cariátides; juro que me hubiera gustado preguntarle –a solas, con discreción- a tanto héroe presente, tanto coraje en retiro, tanto deber cumplido, qué piensan de lo que las generaciones posteriores hemos hecho con la patria que ellos nos inventaron y legaron entre tiros, muertos, sangre, cárcel, oprobios, lágrimas, flores de junio, ay, mariposas de abril y algún noviembre.
Recordé, entonces, que el próximo gobierno que es este, y su partido y lo que queda o pueda quedarle de aquellos sueños primeros, tienen el deber histórico de llevar a la realidad, -con la loable terquedad y voluntad política y sacrificio económico con que, por ejemplo, se construyó el ahora alabado Metro- la Revolución Democrática por la que un viejo sabio de Río Verde, (de niño le decían Juanito) fundó un partido hace ahora casi 38 años.
Como hoy es 14 de Junio y el país no aguanta una sola desesperanza más, lo dejó escrito aquí, cuando parece que va a saludarme un sol miedoso, horas después de haber visto emocionado a tanto héroe anónimo reconocido, y no poder dejar de pensar desde entonces, -como miembro de una generación desmemoriada que confundió culpables y no era tan inocente-, la reflexión que ha inspirado este bulevar y sus nostalgias: ¡Cuánta paz debe inspirar el deber cumplido!
Cuenta y canta Cortez: "A mí los 18 me pasaron de largo/ estrenando opiniones, intenciones y cantos/ (…) tú te hiciste a la niebla en el mar del espanto/ fue la muerte bandera y la vida un milagro/ Lo mío fue distinto, Daniel, lo mío no fue nada/ yo no tengo esa sombra que vaga en tu mirada." Daniel son ellos, nosotros somos nada.
martes, 10 de junio de 2008
Partidocracia, ciudadanía y poder
Tal que ayer hablábamos del Informe de Desarrollo Humano 2007, que ha venido ha demostrarnos que sin poder, responsabilidad ni militancia ante nuestra realidad social, los dominicanos somos apenas vulgares electores que no alcanzan la categoría de ciudadanos, y desde Grecia, sólo con ciudadanos se construye democracia, civilización, desarrollo sostenible.
Si en vez de electores en el país tuviéramos ciudadanos, con ese Informe y voluntad, nuestra partidocracia no tendría más que ponerse de acuerdo y aplicar al fin, la política de prioridades nacionales mil veces definida en cualquiera de los programas de gobierno de los propuestos por ella en 35 años y nueve procesos electorales presidenciales.
A la partidocracia nacional, (al PLD y lo que queda de sus sueños, al PRD y lo que de esperanza le resta), le falta voluntad para hacer lo que sus postulados fundacionales mandan, es cierto, pero también y sobre todo les falta ciudadanos que se lo exijan. Ahogado el PRSC en su fango de bisagra y Monte Piedad, hoy lo que tenemos en la partidocracia es un PRD negado a aprender de sus derrotas, activando tendencias como si fueran Tomahawk por estallar; y un PLD, en su mejor momento electoral, muertecito de éxitos pero también de indefiniciones, ganando elecciones y perdiendo identidad, inspiración, esencia.
¿Por qué al acercarse al Palacio Nacional nuestra partidocracia comienza a alejarse de sus fundacionales creencias y utopías? Posiblemente sea porque aquí cada dos años hay elecciones, y la historia ha demostrado que para ganarlas, Balaguer, -su clientelismo y sus marrullas, la corrupción como un arma, el erario como carnada- es más útil que Juan Bosch y su dignidad, Peña Gómez y su devoción por la participación popular y su abrir de ventanas. Sin ser inocente, nuestra partidocracia no ha hecho más que seguir los mandatos de un mercado electoral sin ciudadanos, tocar el son que desean bailar los electores, ¡porque no tenemos ciudadanos! Por eso, el pragmatismo vino a cenar y el arte de lo posible está aquí para quedarse.
Además de jóvenes con bellas piernas, ay, el PNUD tiene razón. Si queremos democracia verdadera, construyamos ciudadanía responsable, militante, y sobre todo "empoderada", que es una extraña palabra tan fea como socialmente útil.
Si en vez de electores en el país tuviéramos ciudadanos, con ese Informe y voluntad, nuestra partidocracia no tendría más que ponerse de acuerdo y aplicar al fin, la política de prioridades nacionales mil veces definida en cualquiera de los programas de gobierno de los propuestos por ella en 35 años y nueve procesos electorales presidenciales.
A la partidocracia nacional, (al PLD y lo que queda de sus sueños, al PRD y lo que de esperanza le resta), le falta voluntad para hacer lo que sus postulados fundacionales mandan, es cierto, pero también y sobre todo les falta ciudadanos que se lo exijan. Ahogado el PRSC en su fango de bisagra y Monte Piedad, hoy lo que tenemos en la partidocracia es un PRD negado a aprender de sus derrotas, activando tendencias como si fueran Tomahawk por estallar; y un PLD, en su mejor momento electoral, muertecito de éxitos pero también de indefiniciones, ganando elecciones y perdiendo identidad, inspiración, esencia.
¿Por qué al acercarse al Palacio Nacional nuestra partidocracia comienza a alejarse de sus fundacionales creencias y utopías? Posiblemente sea porque aquí cada dos años hay elecciones, y la historia ha demostrado que para ganarlas, Balaguer, -su clientelismo y sus marrullas, la corrupción como un arma, el erario como carnada- es más útil que Juan Bosch y su dignidad, Peña Gómez y su devoción por la participación popular y su abrir de ventanas. Sin ser inocente, nuestra partidocracia no ha hecho más que seguir los mandatos de un mercado electoral sin ciudadanos, tocar el son que desean bailar los electores, ¡porque no tenemos ciudadanos! Por eso, el pragmatismo vino a cenar y el arte de lo posible está aquí para quedarse.
Además de jóvenes con bellas piernas, ay, el PNUD tiene razón. Si queremos democracia verdadera, construyamos ciudadanía responsable, militante, y sobre todo "empoderada", que es una extraña palabra tan fea como socialmente útil.
viernes, 6 de junio de 2008
Obama y la esperanza
Ojalá y la posible presidencia de Barack Obama sea el inicio de un nuevo proceder de Estados Unidos hacia Latinoamérica, y que su innegable liderazgo sirva de acicate, de feliz compromiso con los valores de la democracia, incluido el respeto a la voluntad y dignidad de los pueblos negros, indígenas y blancos, en fin, patrias mulatas y mestizas de la America de todos.
Hace tiempo es el tiempo de que USA sea más líder y menos patrón, más amigo mayor que oficial de gendarmería o triturador de sueños de patrias ajenas. Y para que vayamos conociendo al negro Obama y sus luces, como padecemos al blanco Bush y sus sombras, les dejo sus palabras:
"Esperanza frente a la dificultad. Esperanza frente a la incertidumbre. ¡La audacia de la esperanza! Ése es el mayor regalo que Dios puede darnos, el cimiento de esta nación. Creer en aquello que no se ve. Creer que nos espera un futuro mejor." Convención Demócrata 2004.
"Seamos estados rojos o azules, sentimos en nuestras entrañas la falta de honestidad, rigor y sentido común del debate político y nos disgusta lo que parece una retahíla continua de alternativas falsas o idénticas. Religiosos o laicos, negros, blancos o latinos, sentimos –y con razón- que no se atiende a los desafíos más importantes de la nación y que si no cambiamos de rumbo pronto, puede que seamos la primera generación en mucho tiempo que deje a sus hijos un país más débil y dividido que el que heredó de sus padres. Quizás más que en ningún otro momento de nuestra historia reciente, necesitamos una nueva forma de hacer política, que sea capaz de basarse y construir sobre lo que nos une como americanos." prólogo de su libro: "La audacia de la esperanza".
A partir de las coincidencias de los planteamientos del Obama con los de algunos de nuestros políticos alternativos, a estos sólo les faltaría pasar de las palabras a los hechos con "audacia y esperanza", llegar de regidor a algún ayuntamiento, algún mayo sentarse en el Congreso, y desde allí dar y ser ejemplo. Lo demás tendrá que aportarlo una generación de hombres y mujeres de bien, en la angustia de saber, que como en USA, está dejando a sus hijos una dominicanidad más perdida, un futuro más incierto y un país más dividido y sin fe, que el que heredó de sus padres, ¡y eso es el infierno! (Aunque talvez nos queda la esperanza, ¡qué se yo!)
Publicado en El Nacional, el jueves 5 de junio 2008.
Hace tiempo es el tiempo de que USA sea más líder y menos patrón, más amigo mayor que oficial de gendarmería o triturador de sueños de patrias ajenas. Y para que vayamos conociendo al negro Obama y sus luces, como padecemos al blanco Bush y sus sombras, les dejo sus palabras:
"Esperanza frente a la dificultad. Esperanza frente a la incertidumbre. ¡La audacia de la esperanza! Ése es el mayor regalo que Dios puede darnos, el cimiento de esta nación. Creer en aquello que no se ve. Creer que nos espera un futuro mejor." Convención Demócrata 2004.
"Seamos estados rojos o azules, sentimos en nuestras entrañas la falta de honestidad, rigor y sentido común del debate político y nos disgusta lo que parece una retahíla continua de alternativas falsas o idénticas. Religiosos o laicos, negros, blancos o latinos, sentimos –y con razón- que no se atiende a los desafíos más importantes de la nación y que si no cambiamos de rumbo pronto, puede que seamos la primera generación en mucho tiempo que deje a sus hijos un país más débil y dividido que el que heredó de sus padres. Quizás más que en ningún otro momento de nuestra historia reciente, necesitamos una nueva forma de hacer política, que sea capaz de basarse y construir sobre lo que nos une como americanos." prólogo de su libro: "La audacia de la esperanza".
A partir de las coincidencias de los planteamientos del Obama con los de algunos de nuestros políticos alternativos, a estos sólo les faltaría pasar de las palabras a los hechos con "audacia y esperanza", llegar de regidor a algún ayuntamiento, algún mayo sentarse en el Congreso, y desde allí dar y ser ejemplo. Lo demás tendrá que aportarlo una generación de hombres y mujeres de bien, en la angustia de saber, que como en USA, está dejando a sus hijos una dominicanidad más perdida, un futuro más incierto y un país más dividido y sin fe, que el que heredó de sus padres, ¡y eso es el infierno! (Aunque talvez nos queda la esperanza, ¡qué se yo!)
Publicado en El Nacional, el jueves 5 de junio 2008.
Jochy Santos y Cristhian Jiménez
¡Gratitud eterna, a dos glorias de la locución dominicana!
Corría el año 1972 cuando un niño de siete años, de la mano de su madre, doña Yolanda y procedente de Baní, capital del Sur, llegaba a la casa de su bisabuela, doña Rafaela Gómez Báez, en el barrio de San Carlos.
A los pocos minutos de entrar, saludar a la "abuela Fella" y sentarse al lado de un entonces moderno radio Philips, el niño escuchó, impresionado, a dos hermosas voces, bien moduladas, de inflexiones perfectas y entonación inmejorable. Eran dos veteranos locutores, que desde Radio Tricolor, presentaban con maestría un programa de propaganda política, con música de protesta incluida. El mayor se llamaba José Luis Santos, lo apodaban Jochy, y el otro, dos años menor, era el señor Cristhian Jiménez. Corría el año 1972.
Finalizado el programa, impresionado, el pequeño niño -de apenas siete años- se levantó como el rayo de la mecedora matancera de la abuela y corrió hasta los brazos de su madre para decirle emocionado, con lágrimas en los ojos: "Madre, he escuchado a unos señores locutores hablar muy bien en el radio de abuela. Madre, cuando crezca y sea grande, voy a ser como esos dos señores, será locutor."
Como ustedes de seguro sospechan, el pequeño niño, de tan solo siete años, ¡ay, Jocheta! era yo. Así se enamoró uno de este oficio de la comunicación. A esos dos señores les debe uno el ejemplo y la inspiración.
El tiempo ha querido que después de mucho trajinar, alcanzara uno, por lo menos en la amistad, a estas dos glorias de la locución dominicana, hoy convertidos, uno, en conductor, productor, empresario, humorista y dueño de las tardes de la radio dominicana y la televisión de los sábados, y el otro, un par de años menor, en un conceptuoso y experimentado periodista de opinión política, conductor del influyente matutino HOY MISMO, de Color Visión.
Como ambos están hoy de cumpleaños, -uno llega a los 61 y el otro celebra sus 59-, con esta cariñoso bulevar yo sólo he querido felicitarles, ofreciendo aquí este sincero y fraterno testimonio de gratitud, por lo influyentes que fueron ambos en mi elección de vida como comunicador en aquella tarde lejana de 1972, cuando yo era apenas una inocente criatura de siete años, y ellos eran ya altos ejecutivos de Radio Tricolor, y triunfaban en la radio. Fueron mi ejemplo. Gracias, Maestros. (Pues, sí, Dianita.)
Corría el año 1972 cuando un niño de siete años, de la mano de su madre, doña Yolanda y procedente de Baní, capital del Sur, llegaba a la casa de su bisabuela, doña Rafaela Gómez Báez, en el barrio de San Carlos.
A los pocos minutos de entrar, saludar a la "abuela Fella" y sentarse al lado de un entonces moderno radio Philips, el niño escuchó, impresionado, a dos hermosas voces, bien moduladas, de inflexiones perfectas y entonación inmejorable. Eran dos veteranos locutores, que desde Radio Tricolor, presentaban con maestría un programa de propaganda política, con música de protesta incluida. El mayor se llamaba José Luis Santos, lo apodaban Jochy, y el otro, dos años menor, era el señor Cristhian Jiménez. Corría el año 1972.
Finalizado el programa, impresionado, el pequeño niño -de apenas siete años- se levantó como el rayo de la mecedora matancera de la abuela y corrió hasta los brazos de su madre para decirle emocionado, con lágrimas en los ojos: "Madre, he escuchado a unos señores locutores hablar muy bien en el radio de abuela. Madre, cuando crezca y sea grande, voy a ser como esos dos señores, será locutor."
Como ustedes de seguro sospechan, el pequeño niño, de tan solo siete años, ¡ay, Jocheta! era yo. Así se enamoró uno de este oficio de la comunicación. A esos dos señores les debe uno el ejemplo y la inspiración.
El tiempo ha querido que después de mucho trajinar, alcanzara uno, por lo menos en la amistad, a estas dos glorias de la locución dominicana, hoy convertidos, uno, en conductor, productor, empresario, humorista y dueño de las tardes de la radio dominicana y la televisión de los sábados, y el otro, un par de años menor, en un conceptuoso y experimentado periodista de opinión política, conductor del influyente matutino HOY MISMO, de Color Visión.
Como ambos están hoy de cumpleaños, -uno llega a los 61 y el otro celebra sus 59-, con esta cariñoso bulevar yo sólo he querido felicitarles, ofreciendo aquí este sincero y fraterno testimonio de gratitud, por lo influyentes que fueron ambos en mi elección de vida como comunicador en aquella tarde lejana de 1972, cuando yo era apenas una inocente criatura de siete años, y ellos eran ya altos ejecutivos de Radio Tricolor, y triunfaban en la radio. Fueron mi ejemplo. Gracias, Maestros. (Pues, sí, Dianita.)
miércoles, 4 de junio de 2008
Barack Obama: negritud y ejemplo
"que si no la hago a la entrada/ la embarro a la salida/ ay, esto de ser negro/ qué cosa tan jodida". Grupo Niche.
Es el hombre del presente porque está escribiendo la historia para construir el futuro.
O sea, que el futuro está aquí y anoche le dio por saludar a los Estados Unidos de América.
El senador Barack Obama, candidato demócrata a la presidencia de USA, es el mejor ejemplo de que las cosas "para ser posibles no tienen que ser probables", que hay que apostar siempre a los sueños y dormir poco hasta alcanzarlos. Pero, además, el negro Obama puede enseñarnos mucho a los afroamericanos que somos los dominicanos, y que aquí, acomplejaditos y auto descalificados, nos llamamos indios. El profesor puede, por ejemplo, ayudarnos a admitir sin complejos nuestra negritud, a no denigrarnos ni auto descalificarnos, que es lo que hace un negro claro, cuando intenta burlarse de otro negro más oscuro. (Oigan a Niche)
Recuerdo que cuando llegué a vivir a Atlanta en 1994, mis primos Nico y Juan Pablo Díaz Ortiz me contaron que el gobernador del Estado era negro. Cuando lo conocí, meses mas tarde, lo seguía siendo, pero para nuestra acomplejada clasificación racial, mister Campbell era un "trigueño claro" de ojos verdes, con pinta de socio del Country Club desde chiquito. Representaba orgullosamente a la minoría negra y era más claro que el 90 por ciento de los dominicanos. Obama, a los ojos de una suegra dominicana, sería un trigueño clarito, un indio sanjuanero, pero un negro jamás.
En EEUU, hoy se habla con orgullo del posible primer presidente negro de ese país. Aquí, pocos dominicanos admiten que lo hemos tenido siempre, y lo tenemos desde agosto16, 2004 para más seña. ¿Negros? ¡Jamás! Aquí todos somos indios, mulatos claros, trigueñitos oscuros o indios canelos, nunca negro, y así nos va.
¡A quién puede amar verdaderamente quien no se ama a sí mismo!
¡Cómo puede irnos bien, si comenzamos tan mal, que lo hacemos negándonos a nosotros mismos!
He ahí la primera antropológica enseñanza de este negro carismático y emprendedor, paciente, trabajador incansable, y terco como una mula serrana. Buena combinación para ser exitoso en la vida, y hasta en la Casa Blanca. Mañana sigo con Obama, con su audacia y su esperanza.
Es el hombre del presente porque está escribiendo la historia para construir el futuro.
O sea, que el futuro está aquí y anoche le dio por saludar a los Estados Unidos de América.
El senador Barack Obama, candidato demócrata a la presidencia de USA, es el mejor ejemplo de que las cosas "para ser posibles no tienen que ser probables", que hay que apostar siempre a los sueños y dormir poco hasta alcanzarlos. Pero, además, el negro Obama puede enseñarnos mucho a los afroamericanos que somos los dominicanos, y que aquí, acomplejaditos y auto descalificados, nos llamamos indios. El profesor puede, por ejemplo, ayudarnos a admitir sin complejos nuestra negritud, a no denigrarnos ni auto descalificarnos, que es lo que hace un negro claro, cuando intenta burlarse de otro negro más oscuro. (Oigan a Niche)
Recuerdo que cuando llegué a vivir a Atlanta en 1994, mis primos Nico y Juan Pablo Díaz Ortiz me contaron que el gobernador del Estado era negro. Cuando lo conocí, meses mas tarde, lo seguía siendo, pero para nuestra acomplejada clasificación racial, mister Campbell era un "trigueño claro" de ojos verdes, con pinta de socio del Country Club desde chiquito. Representaba orgullosamente a la minoría negra y era más claro que el 90 por ciento de los dominicanos. Obama, a los ojos de una suegra dominicana, sería un trigueño clarito, un indio sanjuanero, pero un negro jamás.
En EEUU, hoy se habla con orgullo del posible primer presidente negro de ese país. Aquí, pocos dominicanos admiten que lo hemos tenido siempre, y lo tenemos desde agosto16, 2004 para más seña. ¿Negros? ¡Jamás! Aquí todos somos indios, mulatos claros, trigueñitos oscuros o indios canelos, nunca negro, y así nos va.
¡A quién puede amar verdaderamente quien no se ama a sí mismo!
¡Cómo puede irnos bien, si comenzamos tan mal, que lo hacemos negándonos a nosotros mismos!
He ahí la primera antropológica enseñanza de este negro carismático y emprendedor, paciente, trabajador incansable, y terco como una mula serrana. Buena combinación para ser exitoso en la vida, y hasta en la Casa Blanca. Mañana sigo con Obama, con su audacia y su esperanza.
martes, 3 de junio de 2008
“Y entonces…”
“… y esa lluvia de recuerdos caiga en tu alma otra vez/ ¿y entonces?...” S. Rexach
La pregunta se cae de la mata y sobre todo de la nostalgia que expresa el bolero: “¿Y entonces?
Pero, cuidado, no vayan a pensar ustedes que, cediendo a la tentación de los amores impertinentes, tratará este bulevar de esos lamentos. “y aunque un aparente olvido a ti te asombre/ dime qué harás cuando alguien sin querer me nombre.” No. Esta vez, la pregunta no remite a los amores contrariados que nunca fueron, sino al país que siempre ha sido, que somos, y talvez seremos. Se trata de preguntar y preguntarnos, ante tantas adversidades reunidas y amenazas conocidas: ¿Y entonces? Veamos:
Ya se sabe que la falta de aplicación del Reglamento de la Ley de Migración está provocando, -además de una invasión pacífica de mendigos adultos y famélicos niños tristes-, el agravamiento del drama humano que significa que medio millón de seres humanos, nacidos y criados, estudiados, casados y trabajados aquí, vivan en un limbo jurídico y sean muertos civiles sin derechos ninguno. ¿Y entonces?
Y se sabe, siempre lo supieron blancos y morados al enfrentarse a Balaguer, y lo han sabido entre ellos, uno en 2004 y otro recientemente, que la reelección en un país sin fortaleza institucional no hace sino aumentar el clientelismo y el uso de los recursos del Estado, sin importar el color de quien promueva la reelección. ¿y entonces?
El voto preferencial en elecciones congresuales ha alejado a buenos hombres del Congreso y ha acercado hasta allí a impresentables con dinero. Meritorios dirigentes medios del PLD y el PRD han sido víctimas de esos señores de enganche y malos socios. Lo sabemos, ¿y entonces?
El dólar languidece, el precio del petróleo florece, la economía EEUU se reciente, el galón de la gasolina cuesta RD$200, peligra la estabilidad macroeconómica, ¿y entonces? ¿Dónde están las medidas de ahorro e incentivo, las campañas de educación ciudadana, la austeridad, la patria?
En lo que llegan las respuestas, irresponsablemente, me quedo a ver a Pedro lanzar, paso a saludar a la Pagliari en su reino, y entre innings, me extasío en el bolero y su advertencia: “Se ve que no conoces/ que poco tú has vivido/ pobre de tus noches/ si las usas para olvidarte de mi.” ¡Y entonces! Jocheta, ¡y entonces! Pablomckinney.blogsport.com
La pregunta se cae de la mata y sobre todo de la nostalgia que expresa el bolero: “¿Y entonces?
Pero, cuidado, no vayan a pensar ustedes que, cediendo a la tentación de los amores impertinentes, tratará este bulevar de esos lamentos. “y aunque un aparente olvido a ti te asombre/ dime qué harás cuando alguien sin querer me nombre.” No. Esta vez, la pregunta no remite a los amores contrariados que nunca fueron, sino al país que siempre ha sido, que somos, y talvez seremos. Se trata de preguntar y preguntarnos, ante tantas adversidades reunidas y amenazas conocidas: ¿Y entonces? Veamos:
Ya se sabe que la falta de aplicación del Reglamento de la Ley de Migración está provocando, -además de una invasión pacífica de mendigos adultos y famélicos niños tristes-, el agravamiento del drama humano que significa que medio millón de seres humanos, nacidos y criados, estudiados, casados y trabajados aquí, vivan en un limbo jurídico y sean muertos civiles sin derechos ninguno. ¿Y entonces?
Y se sabe, siempre lo supieron blancos y morados al enfrentarse a Balaguer, y lo han sabido entre ellos, uno en 2004 y otro recientemente, que la reelección en un país sin fortaleza institucional no hace sino aumentar el clientelismo y el uso de los recursos del Estado, sin importar el color de quien promueva la reelección. ¿y entonces?
El voto preferencial en elecciones congresuales ha alejado a buenos hombres del Congreso y ha acercado hasta allí a impresentables con dinero. Meritorios dirigentes medios del PLD y el PRD han sido víctimas de esos señores de enganche y malos socios. Lo sabemos, ¿y entonces?
El dólar languidece, el precio del petróleo florece, la economía EEUU se reciente, el galón de la gasolina cuesta RD$200, peligra la estabilidad macroeconómica, ¿y entonces? ¿Dónde están las medidas de ahorro e incentivo, las campañas de educación ciudadana, la austeridad, la patria?
En lo que llegan las respuestas, irresponsablemente, me quedo a ver a Pedro lanzar, paso a saludar a la Pagliari en su reino, y entre innings, me extasío en el bolero y su advertencia: “Se ve que no conoces/ que poco tú has vivido/ pobre de tus noches/ si las usas para olvidarte de mi.” ¡Y entonces! Jocheta, ¡y entonces! Pablomckinney.blogsport.com
lunes, 2 de junio de 2008
¡Que vuelva Trujillo!
Contrario a lo que opinan altos intelectuales y democráticos politólogos, considero una brillante idea que vuelva Trujillo, que retorne el perínclito en su féretro, embalsamado y polvoriento, bien muerto y mejor matado.
Soy un convencido de que para madurar y avanzar, nuestra democracia necesita un "cuco", un "pájaro malo" que desde las sombras aceche mal intencionado. Y hay antecedentes:
Antes de ponerse de acuerdo y apostar a la democracia, los españoles tuvieron a Franco, que aunque enterrado en su Valle, dejó rondando unos generales y una derechona que, de tan golpistas, si SM, El Rey, don Juan Carlos, en pijamas, no se pone el uniforme, la bandera y "un par", y dice cuatro cosas por televisión, en aquel 23F1981 de Tejero, todavía estarían los franquistas gobernando España. Más que Suárez o González, fue el cadáver de Franco, más la derechona golpista, quienes lograron que los españoles -esos señores que gustan del carajillo mañanero, del hablar alto y las mulatas bajas- se pusieran de acuerdo para construir su democracia. En Chile hubo concertación entre disímiles fuerzas políticas, porque hasta ayer Augusto Pinochet respiraba.
En Europa vive el recuerdo de lo que fue capaz el fascismo. Esas garras, ese oprobio, esos hornos crematorios, esos mandamientos tan alejados de Dios, fueron los que inspiraron por lógico rechazo, en 1954, la creación de lo que luego sería la CEE, y es hoy Unión Europea, una UE que sólo existe porque antes existió el fascismo, un Adolfo Mussolini, alias Paco, quiero decir.
Mientras tanto, aquí, con Trujillo tan lejos, anda un sector del PRD jugando a perdonar gobiernos, soltando en banda al país en momentos de grave crisis y nubarrones; declarando ilegitimidades de siempre, en vez de sentarse a discutir y apoyar las transformaciones constitucionales, leyes electorales o de partidos, reglamentos de elecciones, necesarios para que nunca más, ni ellos (2004) ni los peledeístas (2008) puedan utilizar los recursos del Estado en proceso electorales y reelecciones.
Por eso, hace falta que vuelvan los restos de RLT a la Iglesia de San Cristóbal; que construyamos en el local del PRSC el "Museo del Horror Trujillista y los 12 años", y que, en componenda democrática, le organicemos un partido con el 20% de intención de voto, al señor Pérez Martínez, el de La Banda, acompañado de los generales Pérez y Pérez, Lluberes Montás, Milo Jiménez y Cruz Brea. A ver si es verdad que el gas pela y las gallinas mean.
Sólo entonces, quizás, nos dispondremos todos los dominicanos (-nuestra partidocracia irresponsable y nuestra aristocracia el dólar, lavado o no, incluida-) a construir una democracia justa y verdadera, no antes.
Por todo eso: ¡Que vuelva Trujillo, ya, a la iglesia de San Cristóbal!
Soy un convencido de que para madurar y avanzar, nuestra democracia necesita un "cuco", un "pájaro malo" que desde las sombras aceche mal intencionado. Y hay antecedentes:
Antes de ponerse de acuerdo y apostar a la democracia, los españoles tuvieron a Franco, que aunque enterrado en su Valle, dejó rondando unos generales y una derechona que, de tan golpistas, si SM, El Rey, don Juan Carlos, en pijamas, no se pone el uniforme, la bandera y "un par", y dice cuatro cosas por televisión, en aquel 23F1981 de Tejero, todavía estarían los franquistas gobernando España. Más que Suárez o González, fue el cadáver de Franco, más la derechona golpista, quienes lograron que los españoles -esos señores que gustan del carajillo mañanero, del hablar alto y las mulatas bajas- se pusieran de acuerdo para construir su democracia. En Chile hubo concertación entre disímiles fuerzas políticas, porque hasta ayer Augusto Pinochet respiraba.
En Europa vive el recuerdo de lo que fue capaz el fascismo. Esas garras, ese oprobio, esos hornos crematorios, esos mandamientos tan alejados de Dios, fueron los que inspiraron por lógico rechazo, en 1954, la creación de lo que luego sería la CEE, y es hoy Unión Europea, una UE que sólo existe porque antes existió el fascismo, un Adolfo Mussolini, alias Paco, quiero decir.
Mientras tanto, aquí, con Trujillo tan lejos, anda un sector del PRD jugando a perdonar gobiernos, soltando en banda al país en momentos de grave crisis y nubarrones; declarando ilegitimidades de siempre, en vez de sentarse a discutir y apoyar las transformaciones constitucionales, leyes electorales o de partidos, reglamentos de elecciones, necesarios para que nunca más, ni ellos (2004) ni los peledeístas (2008) puedan utilizar los recursos del Estado en proceso electorales y reelecciones.
Por eso, hace falta que vuelvan los restos de RLT a la Iglesia de San Cristóbal; que construyamos en el local del PRSC el "Museo del Horror Trujillista y los 12 años", y que, en componenda democrática, le organicemos un partido con el 20% de intención de voto, al señor Pérez Martínez, el de La Banda, acompañado de los generales Pérez y Pérez, Lluberes Montás, Milo Jiménez y Cruz Brea. A ver si es verdad que el gas pela y las gallinas mean.
Sólo entonces, quizás, nos dispondremos todos los dominicanos (-nuestra partidocracia irresponsable y nuestra aristocracia el dólar, lavado o no, incluida-) a construir una democracia justa y verdadera, no antes.
Por todo eso: ¡Que vuelva Trujillo, ya, a la iglesia de San Cristóbal!
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