La mejor noticia política de este lunes es la disposición del presidente Mejía a sentarse a dialogar y llegar a acuerdos con el Presidente Fernández por la gobernabilidad del país.
Ante la gravedad del panorama internacional y las malas cuentas nacionales, (desbalances, inflación, desempleo) ningún gobierno de ningún partido, ningún liderazgo personal por nacional que sea, ni CONEP, ni santa iglesia ni "Embajada" están en capacidad de enfrentar en solitario la que se nos ha echado y nos hemos echado encima entre todos, unos más que otros. Sólo en USA, en tres días han quebrado dos bancos hipotecarios con retiro de depósitos por US$1300 millones. (¿Qué sería de la paz social en nuestros barrios y pueblos si faltaran las remesas y alguna lavandería?)
Claro que lo ideal sería una cumbre de los príncipes de la partidocracia toda y los duques del poder económico empresarial, sin terceros sin representatividad, legitimidad ni calidades, (sociedad civil somos todos). Pero en lo que en el PRD se reorganizan los asuntos y se ponen de acuerdo en relanzar a ese partido tras la senda de Peña Gómez y su ideario socialdemócrata de participación popular, en lo que el PLD define si se "muere de éxitos" o no, si revive o termina de enterrar de una vez a Bosch, y averigua qué ha quedado de aquel partido de sueños tan lejanos que alguna vez fue; en fin, en lo que ambos se reencuentran con su pasado, luego de sus devaneos ideológicos y éticos en su paso por el poder, nos parece muy bien que el principal líder del PRD eche a un lado sus diferencias con el profesor Fernández para, en Canastica, entre mangos banilejos bien cultivados, dialogar y llegar a acuerdos por la gobernabilidad y la continuidad de esta democracia papelera que es la única que tenemos.
La crisis puede ser oportunidad, es cierto, pero hay muchas visiones políticas y empresariales que cambiar, mezquindades que enterrar, tolerancia que practicar, prácticas de impunidad y chulería que condenar, y sobre todo, queda mucha militancia ciudadana que asumir.
Si la economía se reciente, la delincuencia es saludada, el latrocinio celebrado y la autoridad no basta para imponer orden en un semáforo, es que hemos tocando el fondo. En tal momento, el diálogo entre el liderazgo nacional legitimado siempre será una buena noticia.
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