sábado, 5 de julio de 2008

Crisis, indiferencia y canciones

No recuerda la historia económica del país democrático, un panorama tan sombrío venido con tan mala leche desde el exterior y para quien pueda interesar. Como tampoco recuerda uno, comportamiento tan latino y chulero de una sociedad entera ante tales amenazas. (Por algo siempre he dicho que somos andaluces medievales pasaditos por África)
Hoy, hasta la crisis está en crisis, pero los dominicanos preferimos, como monos de Gibraltar, cerrar los ojos y no mirar, y “a vivir que son dos días.” “Venga gano, caballero, venga guano”.
El petróleo (imbatible como el fulgor de tu mirada, ay) está a punto de superar los 150 dólares el barril, pero todavía una sola medida de ahorro, mensaje de llamado a la conciencia o el bolsillo ha llegado a los dominicanos para hacer conciencia sobre la gravedad de lo que ocurre y sobre todo lo que puede ocurrir a esta sociedad de egoístas e irresponsables, de muchos votantes, pocos ciudadanos y demasiado Trujillo y Balaguer cantando. (“Dos gotas de llanto en una canción, nada más que eso somos, nada más”)
Pero mientras el petróleo sube, el dólar baja, el euro se fortalece y el peso comienza a ceder a las presiones en procura de mantener la innegociable estabilidad macroeconómica, en USA la crisis hipotecaria, la perdida de empleos comienza a reflejarse en las remesas (8% menos) y el turismo dominicanos. España, nuestro gran socio turístico ve enfriarse su economía y aumentar el desempleo. Joder.
Y ante este panorama, ¿qué estamos haciendo?
El silencio gubernamental aterra, -aún faltan 42 días para el 16A-, aunque en objetivo periodismo hay que admitir que anoche fue interrumpido bruscamente en pleno Palacio Nacional con el patriótico fin de declarar a sus excelencias, los ilustrísimos empresarios del transporte -con una gorra y el Che Guevara como testigos-, como “Soberanos Dueños del país”.
Por suerte, como yo soy el FENATRANO de Casa de Teatro, esta anoche me iré a ver a Lenny Abréu cantar, y no pagaré mi vieja cuenta de vinos; como el gobierno con Hubieres, El Ginebra no es capaz de mandar esa cuenta a legal. “No es lo mismo tener un sueño irrealizable, que tener un sueño destrozado, el que espera, no es igual al olvidado/ no ganar no es lo mismo que el fracaso.”

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