martes, 9 de septiembre de 2008

Partidarización de la opinión

La separación entre información y opinión siempre me ha parecido una de las grandes mentiras del periodismo. Y todo, porque considero que informar ya es opinar, sólo que de forma sutil y disimulada. Tomémonos el trabajo de leer comparativamente los contenidos de la portada de los diarios y encontraremos un divertido tesoro para el análisis. (Los estudiantes de comunicación deberían hacerlo todos los días.) ¿Qué hace un director/editor cuando elige una información sobre otra y autoriza la publicación de la foto de A y no la de B? ¿Qué está haciendo el director/editor cuándo decide el despliegue que ha de recibir una noticia, y la página en la cual saldrá publicada? Publicar un contenido es ya opinar, y no hacerlo también. Siempre estamos opinando, incluso con el silencio, que puede ser la más terrible de las opiniones. (Aunque usted no lo crea, existen cuñas de silencio en programas de radio y televisión.) Pues, si. Así como "hay que desconfiar del que no canta porque algo esconde", según Tagore, así desconfío yo de los señores puristas, castizos radicales, que amparados en "el mito anglosajón" fusilan el yo, disfrazándolo de nosotros, y confunden "anonimidad por objetividad, como si los dossieres bajasen del cielo", que siempre decía mi maestro Umbral. Los dossieres son los expedientes, las fuentes que suministran los datos con los que se hacen crónicas, columnas, reportajes. Otra cosa muy diferente es la partidarización de la opinión que es el cáncer periodístico de la actualidad mediática del país, y lo que más daño le viene haciendo a la credibilidad de la profesión y el oficio. El periodista/comunicador no debería militar en más partido que el de su conciencia y pareceres, y si lo hace, debería informarlo en los créditos. Otra cosa es la militancia ciudadana, los postulados ideológicos, las coincidencias coyunturales, el compartir una visión del mundo. El problema del periodismo de hoy, no es la opinión sino la partidarización, el hecho innegable de que nuestros partidos mayoritarios hayan constituido grupos y redes de comunicadores que siguen fiel y militantemente sus lineamientos, lo que los convierte en útiles instrumentos partidarios y los aleja de la esencia de su labor que es ofrecer una opinión personal, responsable y profesional desde su ideología, su formación, su experiencia. El problema no es la opinión, sino la partidarización que acalla disidencias y genera benditas soledades.

1 comentario:

José Gómez dijo...

No se yo si usted lee los comentarios que se dejan en esta pared digital.. pero dejeme felicitarle por siempre escribir lo que piensa mandando al carajo los supuestos limites que ahora quiere acuñar la autocensura. Así mismo felicidades por llevar el bulevar a televisión. Le deseo la mayor de las suertes y bendicones de la Maria Magdalena. Reciba de este intento estudiante de derecho, aspirante de cronista deportivo y cuidadano a tiempo completo un caluroso saludo y los mejores deseos.