viernes, 19 de septiembre de 2008

De Juan Bosch a Nuria Esperanza Lora Iglesias

Un juez de los tribunales de la República autorizó esta semana el uso de la fuerza pública para realizar -con el eufemístico nombre de "auto de auxilio judicial"- un allanamiento en las oficinas de Huchi Lora y Nuria Piera, con el supuesto objetivo de buscar el material periodístico utilizado en la elaboración de reportajes sobre el contenido del líquido que la empresa Ladom suministra al desayuno escolar. Comencemos por decir, que si la señora Piera guardara el material bruto con el que ha elaborado reportajes durante 21 años, la sede de Color Visión no existiría, porque habría sido convertida -por solidaria donación de Don Poppy Bermúdez y Domingo- en una videoteca para los estudiantes de comunicación e historia contemporánea de la PUCMM, por supuesto. Y faltaría espacio. Las pruebas de Piera para demostrar lo afirmado en su reportaje no son sus grabaciones sino unos resultados de laboratorios, precisamente los mismos laboratorios utilizados por la S.E. de Educación, que ahora, con Melaneo Paredes al frente, se esfuerza "por recuperar la credibilidad del desayuno escolar", según sus propias palabras. Y sólo se puede recuperar lo perdido. Con las iniciativas de sus abogados y el despiste de un juez, con la influencia de sus bien relacionados y exitosos propietarios, Ladom se empecina en intentar aplastar el libre ejercicio del periodismo con las patas de su dinero que sí está bien "proteinizado", 3.3% de proteína según mis fuentes. Inaceptable, señores. Ha vivido más la traición que el decoro pero el decoro vive. Algo parecido a eso debe ser la gloria. Alguien en algún Camino Real de La Vega lo supo siempre. Claro, que es cierto: "poderoso caballero es don dinero", según Quevedo, pero cuidado: El dinero puede servir para que una botas aplasten unas flores y hasta un jardín, pero no podrán jamás evitar que en abril sea primavera. La flor de una democracia es la libertad. Prensa libre y democracia son una feliz redundancia, por ahí lo tengo escrito. Por muchos que sean los afectos de Ladom con el poder y sus caricias, por olvidado que haya sido Bosch en los últimos años, la desmemoria no puede llegar hasta hacer olvidar a más de uno la legendaria sentencia que en una mañana de febrero de 1963, anunciara el viejo sabio en el Congreso Nacional de un país, entonces, preñado de esperanza: "Mientras nosotros gobernemos, en República Dominicana no perecerá la libertad". Y no pereció.

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